En esta organización promovemos el principio de Corte Radical como parte de nuestros programas de recuperación. Este principio bíblico incluye las instrucciones bíblicas de cortar con toda persona que nos facilite pecar.

Sin embargo, una objeción constante a este principio dice algo como esto:

“Pero si Jesús cenó/compartió/se fue de fiesta con pecadores en los lugares donde ellos se juntaban, nosotros deberíamos hacerlo también.”

Usaré la enseñanza de Joe Carter, uno de los editores en The Gospel Coalition para invitarte a examinar este argumento.

Como señala Carter, el problema con este argumento no es que sea falso, sino que tiene cierta joya de verdad. Si fuera una mentira podría desecharse con facilidad. Pero como es en parte cierta, es necesario completarla usando la Palabra de Dios.

Podemos afirmar entonces que debemos compartir con pecadores, así como lo hizo Jesús. Pero lo haremos cumpliendo las condiciones que Jesús cumplió.

Compartiremos con pecadores bajo estas condiciones…

 

  1. …mientras no sea en un lugar de pecado

El apóstol Pablo explicó que es imposible no estar en un lugar donde no haya pecadores (1 Cor. 5:10). Empezando porque nosotros somos pecadores en todo lugar. Pero el argumento que estamos estudiando implica que Jesús estaba físicamente presente en lugares dedicados a pecar. No hay evidencia de que eso sea cierto. Por ejemplo, Jesús compartió con prostitutas (Lucas 7:36-50), pero no hay evidencia de que haya ido a un prostíbulo a buscarlas. Jesús cumplió con todas las escrituras antes y después de él. Fue obediente con ordenanzas como no ir a una casa donde podría adulterar, por ejemplo (Prov. 7:22-23). Nunca puso en riesgo su misión por una falta de sabiduría.

 

  1. …cuando los invitamos a arrepentirse

Nadie salió de la presencia de Jesús sin que él les predicara el evangelio claramente. En Lucas 15 es acusado por los fariseos de convivir con pecadores. Como respuesta Jesús narra tres parábolas – la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo – cada una con el mismo tema: el gozo por el pecador que se arrepiente. Es cierto, comía con pecadores, pero todos fueron expuestos al mensaje de salvación.

 

  1. …cuando nuestra presencia no apruebe el pecado

Jesús fue crítico cuando en su presencia se estaba pecando activamente. El más famoso ejemplo es la ocasión en la que hizo un látigo con cuerdas y sacó a los mercaderes del templo (Mateo 21:12-13). Quiero comentarte como me tocó vivir esto:

Hace unos meses me propuse hacer amigos en el lugar donde hago ejercicio. Encontraba al mismo grupo de hombres a la hora en que yo llegaba, siempre de buen humor. Empecé saludando cada mañana. Un día me acerqué para integrarme a la conversación. El tema era “consejos para que tu esposa no note que fuiste a un prostíbulo”. Por eso se reían tanto. Luego se estaban poniendo de acuerdo para ir a uno de estos lugares.

No me siento más santo que ellos, pues la verdad es que la conversación me estaba provocando tentación. Pero aparte, conozco muchos hombres y mujeres que actualmente están sufriendo por la infidelidad, y sus situaciones me duelen. Quedarme allí en silencio o riéndome hubiera significado que aprobaba su pecado. Que me parece gracioso que llegar a casa a ver la cara de una esposa que no sospecha nada.

No era mi momento de predicar, pero sí el momento de terminar la relación y mostrarlo. La situación se repite cada semana cuando llego. Desde entonces supongo que me ven como el más odioso porque me mantengo serio, solo entro y me voy. Pero es lo más congruente con mi decisión de seguir a Cristo.

 

  1. …cuando esos pecadores no sean otros creyentes

En 1 Corintios 5:9-13, el apóstol Pablo nos ordena a separarnos de los creyentes que están en pecado:

Cuando les escribí anteriormente, les dije que no se relacionaran con personas que se entregan al pecado sexual; pero no me refería a los incrédulos. Lo que quise decir es: no se relacionen con ninguno que afirma ser creyente y aun así se entrega al pecado sexual (…) Ni siquiera coman con esa gente.

Para leer un testimonio sobre cómo es peligroso compartir con creyentes inmorales, más que con gente que no conoce a Cristo, lee esta nota. Las personas que mezclan Biblia para explicar sus desviaciones sexuales son una alerta roja inmensa. Son los que más insisten en involucrarte a pecar.

¿Cómo podemos concluir? Con la idea con la que iniciamos, pero ahora no es un argumento medio verdadero, sino una verdad bíblica completa:

Si Jesús cenó/convivió/se fue de fiesta con pecadores, nosotros debemos hacerlo también. Compartiremos mientras no sea en un lugar dedicado a pecar, y sin dejar pasar la oportunidad de guiarlos al arrepentimiento. Lo haremos siempre que nuestra presencia no manifieste que aprobamos su pecado. Y evitaremos hacerlo si son creyentes que insisten en ser sexualmente inmorales.

¿Cómo ayuda esta enseñanza en tus relaciones con los no creyentes? Comenta.