Una de las consecuencias más destructivas de una vida sexual desordenada es la forma como nuestra mente se acostumbra a divagar. Tenemos el hábito de pensar desordenadamente y sin control. Esto se debe a la manera como nos habituamos a sexualizar nuestros pensamientos. Como resultado de una mente corrompida, convertimos cualquier idea sin relación con el sexo, en una fantasía o comentario sexual. A eso llamamos una mente sexualizada.

Esta manera desordenada e indisciplinada de pensar nos puede traer serias consecuencias a la hora de tener que tomar decisiones en otras áreas de la vida, como en los estudios, trabajo y en nuestras relaciones sociales. Una mente indisciplinada no puede enfocarse en una meta ni en establecer relacione sanas sin que haya sexo de por medio. Es por eso que debemos darle suma importancia y aprender a re-entrenar nuestra mente, a la manera de Dios.

Además de una mente que no puede tomar decisiones, una conducta de pecado añade culpa y vergüenza. La indecisión, la culpa y la vergüenza ponen una carga emocional muy grande dentro de nuestra mente, la cual intentamos manejar ¡con más pensamientos de indecisión, más culpa y más vergüenza! Como todos lo hemos vivido, gastar esta energía es extremadamente agotador.

Al empezar a dejar la vida de pecado sexual nos encontramos entonces con dos escenarios de tensión simultáneos. Por un lado vivimos la lucha de romper los hábitos físicos y corporales de pecado. Y en el otro frente de batalla, tenemos la necesidad de dominar nuestros pensamientos sexualizados.

En esta segunda área de batalla, en la lucha por tu mente, es donde puedes experimentar mayor frustración. Si ya estás luchando por tu pureza sexual, aunque ya no estés cometiendo actos físicos de pecado, es probable que las fantasías sean más intensas. Puedes estar recordando con añoranza o con asco los actos que cometías. Puedes estar pensando aún en los “pendientes”, actos que nunca cometiste y que ahora lamentas que no vas a hacer porque ya llegaste a los pies de Cristo. O puedes estar batallando con fantasías intrusivas, que llegan sin ninguna razón aparente.

Esto trae a nuestra vida un sentimiento de desesperación, de desánimo y de derrota. Algunos llegamos a pensar que “nada ha cambiado”, que somos los mismos de siempre, y que la obra de Cristo no tuvo efecto. Nada más falso que eso.

¿Entonces por qué no se termina el desfile de imágenes sexuales? ¿Qué pasa? ¿Cómo hacemos para combatirlos?

Quiero comentarte algunas ideas al respecto, y unos consejos.

Para empezar, debemos recordar que después de haber llegado a Cristo, empieza el proceso de santificación de tu vida. Eso significa que Cristo obró ya para perdonarte del pecado y reconciliarte con él, pero ahora te queda el proceso de enfrentar las consecuencias y de ser cada día más como Cristo. Si luchas con pensamientos sexuales no significa que Dios no hizo un cambio en ti. Significa que tienes la oportunidad de formar tu carácter y mantener el pecado a raya. Significa que ahora tienes una vida constante de renovación de tu mente.

Desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes.24 Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo. Efesios 4:22-24 NTV

Por favor recuerda que un pensamiento no es lo mismo que un acto. Un pensamiento puede llevar a un acto, pero si lo detectamos a tiempo y lo tratamos a tiempo, no tiene por qué llegar a ser realidad. No estamos obligados a ejecutar lo que nuestra mente está pensando. Debemos recordar que no somos ese “yo” que aparece en esas imágenes, esa es una ilusión. Somos hijos de Dios que ahora están actuando de una mejor manera. Somos comprados con Su sangre, y llenos cada vez más del Espíritu Santo.

Hoy quiero compartirte el consejo más importante que me sirvió a mí para dominar mis pensamientos sexuales.

APRENDER DE MEMORIA VERSOS DE LA BIBLIA.

Esta ha sido una de las armas más efectivas que he experimentado en mi camino de recuperación después del pecado. Memorizar versículos bíblicos podría resultar para algunos infantil o anticuado, pero la Biblia nos enseña lo siguiente,

Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen, para que te guarden de la mala mujer, de la blandura de la lengua de la mujer extraña. Proverbios 6:23-24

Este y muchos pasajes nos muestran que la palabra de Dios, inundando nuestros pensamientos, es una defensa efectiva contra la tentación. Los pasajes bíblicos nos dan luz y enseñanza, y nos guían por el camino correcto.

Debemos obligarnos a aprender de memoria pasajes o versículos de la Biblia. Necesitamos repetirlos constantemente. Especialmente en el momento en el que detectamos que nuestra mente está divagando, recordando o deseando lo que deseábamos en el pasado. También cuando estamos fantaseando con alguien en el presente.

Ahora te estarás preguntando… ¿Qué versos necesito aprender? ¿Con cuáles empiezo?

Bien, mi recomendación es escoger algunos que sean nuestros favoritos. Aquellos versos que nos han hablado en el pasado y los tengamos subrayados en nuestra Biblia.

Si no tenemos idea de por dónde empezar, buscar en el internet es muy útil, podemos hacer una búsqueda escribiendo por ejemplo, “versos bíblicos para luchar contra la tentación”, y veremos un listado de recomendaciones. Yo encontré uno muy bueno en este enlace.

Creo firmemente que cuando queremos encontrar algo, lo encontraremos, especialmente si es algo bueno y que agrada a Dios.

Yo quiero retarte con estas preguntas:

  • ¿Cuántos versos te sabes de memoria?
  • ¿Qué significado especial tienen para tu lucha contra el pecado sexual?
  • ¿Cuando vas a empezar a memorizarlos? (Hoy sería el mejor día para iniciar).

En realidad más importante que la cantidad de versículos que memoricemos, es la habilidad que desarrollemos para acudir a ellos. Los traemos a la mente cuando los pensamientos sexuales vengan. Es más importante aún la aplicación que podamos darles, el sentido personal que tengan estos versículos para cada uno de nosotros. Espero que este primer consejo nos ayude a empezar a disciplinar nuestra mente y con ello empecemos a disfrutar de esa paz interior que tanto anhelamos. Hasta la próxima.

Ahhh… se me olvidaba, un buen tip es escribir que escribas estos versos en tarjetas de presentación y las llevemos a todos lados, en la billetera o en el bolso, ¡para poder sacarlas en los momentos en los que nos asalten esos pensamientos!


Ricky Marroquín es el pastor y fundador del Ministerio Libres en Cristo.