Fuimos creadas a imagen y semejanza de un Dios eterno. Es por ello que nuestro corazón anhela las cosas eternas, anhela la felicidad, la paz, la seguridad, etc. Usualmente, nuestro corazón anhelará algo más.

Existe un anhelo insaciable que el enemigo ha utilizado para destruir nuestra vida. Fuimos creadas para la eternidad, pero mientras vivamos en esta tierra, nuestro corazón pecaminoso querrá llenar ese anhelo incorrectamente.

Analicemos lo que te menciono con una historia muy conocida: Génesis 3 nos relata:

La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer:

—¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto? Génesis 3:1 NTV

Eva tenía la oportunidad de comer cualquier fruto del huerto. Podía disfrutar de una gran variedad de sabores, texturas y colores. Tenía todo lo que necesitaba (y un poco más seguramente) para vivir y disfrutar su vida.

Eva no solo tenía suficiente alimento sino  también tenía todo lo que su corazón femenino necesitaba para sentirse pleno. Una relación estrecha con Dios (Él bajaba cada tarde para hablar con ellos), una relación plena con su esposo, no hay culpa ni dolor en su vida. Todo lo que necesitaba estaba a su alcance.

Pero la serpiente aparece a sembrar duda en una sola cosa que ella no tenía. Solo una. Ellos no podían comer del fruto del árbol del bien y del mal. Esa era la instrucción de Dios.

—Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto —contestó la mujer—. Es solo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: “No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán”.

—¡No morirán! —respondió la serpiente a la mujer—. Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal. Génesis 3:2-5 NTV

Amiga, todo lo que necesitas para vivir plena y satisfactoriamente, lo tienes a tu alcance. Dios es tan bueno que te ha dado todo. Él nunca actuaría injustamente sabiendo que sufrirás en la tierra porque te hace falta “algo”. Sin embargo, el enemigo te hará creer que hay algo más… que tu corazón insaciable necesita algo más, que te hace falta algo más para vivir bien. Considera estos pensamientos que podrían pasar por tu mente:

  • “Por primera vez en tu vida, ¿por qué no piensas en ti? Tienes derecho a ser feliz ¿Por qué no tener relaciones sexuales con mi novio entonces?”
  • “¿Quién dijo que eso no se debe hacer? ¡No le estás haciendo daño a nadie viendo pornografía”.
  • “¿Por qué no lo puedes tener? Te has pasado toda la vida sacrificándote, es hora de ser feliz. Puedo estar con este hombre aunque esté casado”.
  • “¡Vive el momento! ¿Cuál es el problema? Puedes tener esa cita y disfrutar la compañía de esta persona con libertad”.

Amiga, no necesitas involucrarte en conductas pecaminosas para sentirte plena o satisfecha. No necesitas esa relación que sabes que no puedes tener para ser feliz.

La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió. En ese momento, se les abrieron los ojos, y de pronto sintieron vergüenza por su desnudez. Entonces cosieron hojas de higuera para cubrirse. Génesis 3:6-7 NTV

El pecado siempre traerá vergüenza, siempre. Aunque parece ser hermoso, delicioso y bueno… al final siempre habrá vergüenza.

La buena noticia, es que siempre hay esperanza. Lo que tu corazón necesitado realmente necesita a Cristo.

Para que comprendas esta verdad, me gustaría que tomaras tu Biblia y leyeras el capítulo 27 del libro de salmos. Te comparto el versículo 4:

Lo único que le pido al Señor —lo que más anhelo— es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida, deleitándome en la perfección del Señor y meditando dentro de su templo.

Tu corazón desesperado por algo más, realmente necesita a Dios y nada más. Observa cómo el salmista menciona que sola mente una única cosa le pide al Señor… estar en su presencia todos los días de su vida.

No necesitas esa relación pecaminosa para que tu corazón esté bien. No necesitas la pornografía para escapar un poco de tu realidad, tampoco necesitas el pecado para sentirte plena.

Me gustaría poder expresarte lo que significa tener como único deseo al Señor. Su palabra dice que debemos deleitarnos en Él y el concederá las peticiones o deseos de tu corazón. Pues bien, ¿qué necesita tu corazón en este momento?

Paz, amor, seguridad, protección, o cualquier cosa que tu corazón necesite seguramente lo encontrarás en Cristo.

Finalmente de hago la invitación de tomar el curso de Visión Clara para ayudarte a dejar el pecado sexual a través de principios que te acercarán a Dios. Entiendo que es difícil abandonar una relación o un hábito que seguramente ha estado por muchos años. Es por eso que te hago la invitación para que puedas hacerlo acompañada de una mentora quien te apoyará en todo momento. Puedes dar el primer paso e iniciar el emocionante camino de la restauración.