En una nota previa, te compartí algunos consejos para iniciar relaciones de amistad con hombres de forma sana. Sin sexualizar la relación.
Te recuerdo los tres puntos que tratamos:
- Enfoca tu mirada en Dios, siempre.
- Define el tipo de relación que tendrás con un hombre.
- Responde, ¿por qué elegí a este amigo?
El punto principal que quiero que recuerdes es que la amistad con un varón debiera acercarte más a Dios. Debiera provocar cambios en tu vida de forma permanente y positiva. Una amistad con un hombre también debe estar enfocada en agradar a Dios; cualquier amistad que te separe de Él; significará una alerta roja.
Te quiero compartir otro ejemplo de una mujer con muchas necesidades emocionales y con un pasado sexual bastante oscuro. Rahab era una prostituta que vivía en Jericó y que decidió hospedar y esconder a dos espías del pueblo de Israel.
Dos hombres lejos de su país, sin nadie que estuviera pendiente de ellos y que podían muy bien aprovechar la situación para estar con esta mujer. Sin embargo, eran dos hombres temerosos de Dios que le ofrecieron cuidado y protección y que gracias a esa intervención; Rahab pasó a ser parte importante del pueblo de Israel a tal punto de ser parte de la genealogía de Jesús.
Mientras tanto, Josué les dijo a los dos espías: Cumplan su promesa con la prostituta. Vayan a su casa y sáquenla de allí junto con toda su familia.
Entonces los hombres que habían sido espías entraron en la casa y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y a todos los demás parientes que estaban con ella. Trasladaron a toda la familia a un lugar seguro, cerca del campamento de Israel. Josué 6:22-23 NTV
¿Puedes ver el impacto que la vida de un hombre puede hacer en tu vida durante un proceso de sanidad y restauración?
Recuerda: Si en tu pasado has estado involucrada en relaciones sexuales fuera de matrimonio; necesitarás aprender nuevas formas de pensar, de sentir y de actuar para poder relacionarte con hombres de forma sana.
Quiero compartirte otros consejos que te ayudarán durante este proceso:
- Toma en cuenta tus patrones.
Debes estar muy consciente de los patrones que regularmente te hacen caer en pecado sexual con un hombre.
Por ejemplo, si tu tendencia es buscar hombres mayores; deberás tomar una pausa con posibles relaciones con hombres mayores y trabajar lo que hay en el fondo de tu corazón con relación a este tipo de hombres.
Puede ser que tus patrones incluyan relaciones con hombres casados, o te sientas atraída por hombres con un nivel económico alto o con un nivel intelectual alto. O quizá hombres controladores y posesivos, agresivos o cualquier otro patrón con el que te sientas atraída.
Por ahora, evita estas relaciones. Pide ayuda y trabaja lo que hay detrás de este patrón. Necesitas sanar y aprender a llenar estas carencias emocionales de una forma distinta.
- Aléjate de la presión cultural.
Debes evaluar si tienes alguna amistad o familiares que te estén “ayudando” a conseguir una relación. Si deseas sanar, deberás alejarte de esta presión por un tiempo.
Ten cuidado con comentarios como: “¿Cuándo nos vas a presentar al novio?”, “Ya es hora que pienses en algo serio”. “Tengo un amigo que quiero presentarte, es un excelente prospecto”, “Si no te vas a casar, aunque sea un hijo para que no te sientas sola”.
¿Puedes agregar algunos comentarios más? Seguro que sí. Así que deberás aprender a establecer límites para que estos comentarios no te desenfoquen de tu proceso de restauración.
También te sugiero que examines con honestidad cómo te sientes cuando te reúnes con tus amistades del colegio o con amistades pasadas. Puede ser que veas que “todos” empiezan a formalizar sus relaciones, a casarse y a tener hijos. Si esto afecta tu corazón, será mejor que tomes una pausa y decidas no frecuentar estas amistades.
Sé que suena extremo mi consejo. Sin embargo, toma en cuenta que esto se trata de agradar a Dios con lo que haces y si existe la posibilidad de que tus emociones te jueguen mal; será mejor cortar de raíz con todo aquello que te hará pecar.
- Conoce nuevas personas en ambientes sanos.
Por último, realiza una evaluación honesta de los lugares donde comúnmente encontrabas alguna amistad que te hacía caer en pecado sexual.
Lugares para hacer fiestas, bares, viajes con amistades a la playa, casas de algunos amigos del trabajo o universidad, etc.
Está por demás decirte que no vuelvas a frecuentar estos lugares. Si quieres otro tipo de relaciones, deberás buscarlas en otro lugar. Buscar relaciones sanas en los mismo lugares, no resultará. Una amistad diferente, la encontrarás en un lugar diferente.
Quizá sea tiempo de volver a integrarte en tu iglesia local. O si no asistes a una iglesia, es tiempo de buscar una para congregarte.
Empieza a dar pasos pequeños para conocer nuevas personas, nuevos ambientes y nuevos recursos para tu sanidad y restauración. No te afanes si no observas resultados positivos pronto; debes tener paciencia y te aseguro que valdrá la pena esperar.
Para terminar, quiero honrar a mis amigos hombres; aquellos amigos que estuvieron presentes en mi vida durante mi proceso de restauración.
Vivía con un corazón sumamente necesitado de la validación de una figura masculina. Una figura que me proveyera lo que mi papá nunca pudo darme. Estuve involucrada en muchas relaciones sentimentales y recuerdo que decidí poner un alto a las relaciones con hombres para sanar mi corazón.
Puedo entenderte amiga. Entiendo esa desesperación por encontrar valor en una figura masculina. Los sentimientos de soledad al terminar con una relación que no funcionó y también puedo entender cómo el corazón femenino busca “calmar” esa soledad con otra persona y otra y otra.
Dios fue fiel ante la decisión que tomé de ser obediente; dejar de pecar, sanar y empezar de nuevo. Pude ver cómo Dios me proveyó de hombres que me enseñaron sobre masculinidad sana y verdadera.
Pude apreciar el cuidado de mis dos hermanos varones; sus palabras y muestras de afecto llenaron mi corazón profundamente. Puedo recordar un tío que me enseñó a salir de emergencias cuando mi carro presentaba algún desperfecto mecánico. Tengo en mente amigos que fielmente me llamaban el día domingo para ir a la iglesia cuando decidí encontrar a Cristo en una iglesia local.
Tuve amigos que con su ejemplo y testimonio me enseñaron a comprender la gracia y perdón de Dios. Hombres valientes que decidieron seguir a Cristo y que me enseñaron que los hombres de Dios existen. Dios me proveyó de un pastor que me ha aconsejado con palabras que seguramente me hubiera gustado escuchar de mi padre.
Amiga, te puedo decir con seguridad que todos los regalos anteriores que describí, nunca hubieran llegado sino hubiera sido obediente a Dios. Si no me hubiera abandonado por completo a Él y si no hubiera confiando en que Él tenía mejores planes para vida.
Oro con todo mi corazón que el Espíritu Santo traiga convencimiento a tu vida acerca de tu vida, tus relaciones y el pecado sexual. En Cristo, tienes la oportunidad de empezar de nuevo.
Linda historia que puede edificar a muchas personas