En un artículo previo, comenté sobre la importancia de amarnos a nosotras mismas como un paso para dejar de buscar satisfacción emocional en otras relaciones.

Pero, ¿cómo inicio la sanidad de la percepción que tengo de mí misma? En las próximas notas, quiero apoyarte a encontrar una ruta para iniciar con el proceso de sanidad. Necesitarás papel y lápiz para ir anotando lo que aprendas en este artículo.

  1. Definiéndome a mí misma

Toma un momento para describirte a ti misma. Cuando te refieres a tu persona, ¿qué palabras o frases usas?

  • Soy una pecadora.
  • Soy fea.
  • Hay algo malo en mí.
  • No sirvo para nada.
  • Todo me sale mal.

Comentemos el error de definir nuestra vida y nuestra identidad por las acciones que hemos hecho o por las acciones que otros han hecho en nuestra contra. Por ejemplo, podrías pensar: Soy una “sucia” por el pecado sexual que has cometido o por el abuso que recibiste de niña. “No merezco amor” por la forma en que tus padres te han tratado.

Es por eso que debes ver más allá de lo evidente. Es cierto, has cometido pecado y otros han pecado contra ti pero en Cristo siempre tenemos la oportunidad de tener una nueva vida:

Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado! 2 Corintios 5:17 NTV

A través de Cristo puedes ver más allá. Hagamos otro ejercicio para que compruebes lo que quiero transmitir. Haz un listado de los valores que definen tu vida. Te comparto mi propio listado:

  • Respeto
  • Verdad
  • Bondad

Si has leído alguna vez mi historia, sabrás que de niña sufrí abuso sexual. Tuve una infancia muy difícil a tal punto de llegar a mi vida adulta con mucho dolor y rencor. También cometí pecado sexual lo que hizo que el dolor aumentara. En mi vida no cabía ni el respeto, ni la verdad, ni la bondad.  Pero aprendí que puedo decidir respetar y ser respetada en mi vida adulta. Puedo hablar la verdad y esperar que me hablen con la verdad. Puedo ser buena con las personas y disfrutar cuando alguien más lo es conmigo.

Es cierto, no aprendí el respeto en casa pero ahora de grande puedo decidir no volver a repetir el círculo y respetar y ser respetada.

¿Ves cómo la cambia la identidad cuando vemos más allá del dolor? Esto significa tener una nueva vida en Cristo.

Ahora, escribe tus propios valores para luego escribir una oración que indique cómo esperas integrar ese valor a tu vida. Por ejemplo:

  • Yo Laura valoro el respeto. Decido respetar a las personas que me rodean y también decido ser respetada por las personas que me rodean. No permitiré más relaciones que infrinjan este valor.

Si se te dificulta hacer este ejercicio, puedes pedirle ayuda a una amiga. Puedes decirle que describa los valores que ve en ti: honestidad, lealtad, pacificadora. Te sorprenderá saber lo que alguien más piensa de ti, te lo puedo asegurar.

          2. Encontrando mi voz

Luego de definirte por lo que valoras debes ponerlo en práctica con las personas, el primero paso para lograrlo es dándoles a conocer tus decisiones. Puedes iniciar con tu familia o con personas que amas y que te aman para luego practicarlos con tus amigos, conocidos, compañeros de trabajo o de estudio.

Por ejemplo, puedes decirle a un hermano o hermana: “Necesito que respetes mis cosas y no las tomes sin mi autorización. Si necesitas algo, puedes pedírmelo”. “Mamá, te he traído estas flores (para practicar la bondad)”. Poco a poco, podrás practicarlo con las personas que te rodean.

Si un hombre te falta el respeto diciéndote algo grosero o denigrándote, se lo puedes hacer saber. “No me gusta la forma en la que me habla, por favor, no vuelva a hacerlo o no contestaré más sus llamadas”.

Practica primero con las personas que amas, y luego podrás hacerlo con todas las personas.

Los dos puntos anteriores te ayudarán a valorarte y respetarte a ti misma, sé que no es fácil pero si decides empezar y ser intencional en practicarlo, pronto verás los cambios en tu vida. No pongas en juego tus propios valores para agradar a las personas o para permitirles que te hagan daño. Valora y ama tu esenciaNo pongas en juego tus propios valores para agradar a las personas o para permitirles que te hagan daño. Valora y ama tu escencia..

Te recomiendo que compartas con alguien lo que aprendiste en esta nota para que ella pueda ayudarte a poner en práctica lo que estás decida a hacer. Finalmente, quiero recomendarte la lectura de tu Biblia, en ella encontrarás pasajes que te fortalezca y principalmente, pasajes que definen tu identidad en Cristo.