Actualmente estoy estudiando el libro de Esdras. En esta historia el pueblo de Israel quiere reconstruir su templo, destruido después de una invasión. Los enemigos de Israel hicieron lo imposible para detener la obra. Enviaron una carta al rey Artajerjes (ver Esdras 4:6-23), el rey que actualmente era dueño del territorio, con una serie de mentiras. Con esa estrategia querían difamar a los líderes. Con esta carta, ellos lograron temporalmente que la construcción del templo se detuviera.

Por lo tanto, se detuvo la obra del templo de Dios en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el segundo año del reinado de Darío, rey de Persia. Esdras 4:24 NTV

Seguramente, los enemigos de Israel habrán estado satisfechos con el resultado creyendo que habían logrado su objetivo. ¿Pero puede un ataque del enemigo detener los planes de Dios? La respuesta es no, nunca. El propósito y la voluntad de Dios prevalecerán siempre, nunca lo podemos tomar por sorpresa y absolutamente nada se le escapa de control.

Quiero que encontremos los paralelos en la reconstrucción del templo, y la reconstrucción de nuestra vida después del pecado sexual. Si en esta etapa de tu vida sientes que la obra se detuvo porque la opresión es grande, o porque las mentiras en tu mente te están dominando, considera dos lecciones en este pequeño versículo:

 

  1. Una pausa puede ser perfecta para que Dios intervenga.

En muchas oportunidades me he sentido en esta pausa. He sentido como si Dios se olvidó de mi o como si dejó de ponerle atención a las necesidades de mi corazón. He sentido sequías donde pareciera ser que Dios no habla y por lo tanto ya no sé qué camino seguir, qué decisiones tomar o cómo seguir avanzando. ¿Te has sentido alguna vez de esta forma? Estoy segura que sí.

También he aprendido que estos momentos son los momentos que Dios usa para llevarme a otro nivel. Otro nivel espiritual, otro nivel de sanidad emocional, etc.

Abriré ríos para ellos en los altiplanos. Les daré fuentes de agua en los valles y llenaré el desierto con lagunas de agua; por la tierra reseca correrán ríos alimentados por manantiales. Plantaré árboles en el desierto árido: cedros, acacias, mirtos, olivos, cipreses, abetos y pinos. Lo hago para que todos los que vean este milagro comprendan lo que significa: que el Señor es quien lo ha hecho, el Santo de Israel lo ha creado. Isaías 41:18-20 NTV (negrillas añadidas).

Observa estas palabras: altiplano, valle, desierto, tierra seca. Todas estas palabras tienen un significado de resistencia, dolor, alejamiento, distanciamiento, etc. Palabras que podrían describir el estado de nuestro corazón. También observa que en estos lugares de soledad son los lugares indicados para que exista un milagro de abundancia, restauración, restitución etc. No puede haber un milagro en un lugar donde esa necesidad desesperada de intervención divina no exista. Es en esos momentos donde ya no puedo más, donde ya no sé qué hacer que necesito de los milagros de Dios.

Quizás puedes sentir que tu proceso se estanca cuando descubres que tus recuerdos no pueden limpiarse tan fácilmente y que aún tienes fuertes pensamientos sexuales. Cuando descubres que no puedes escapar de la tentación o te encuentras con ella a la vuelta de la esquina. Sientes que tu avance se estanca cuando debes tomar la decisión de dejar una relación sentimental. Te aterra pensar que vienen períodos largos y difíciles de soledad. Cuando descubres que se requiere de un arduo trabajo para establecer nuevos hábitos. O, cuando le confesaste a un familiar tu pecado y la restauración de esa relación parece cuesta arriba. Cuando es necesaria la disciplina en tu iglesia y dejas de servir en un ministerio, etc.

Piensa por un momento, ¿qué tal si este estancamiento y soledad que estás sintiendo es el ambiente perfecto para la intervención de Dios?

 

  1. Que el proceso esté en pausa, no significa que la obra nunca vaya a terminarse.

La Biblia dice que la obra “quedó suspendida hasta el segundo año del reinado de Darío”. Esto nos indica que la construcción se reanudó un tiempo después. Lo vuelvo a repetir, el propósito y la voluntad de Dios prevalecerán siempre. Nunca lo podemos tomar por sorpresa y absolutamente nada se le escapa de control.

Puedes tener la seguridad que si Dios ha empezado una obra en tu vida, la va a concluir.

Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva. Filipenses 1:6 NTV

Pero podrías pensar, ¿qué puedo hacer mientras estoy en este tiempo de pausa? ¿Cómo voy a manejar mis emociones durante este tiempo? ¿Qué pensamientos voy a albergar en mi mente? ¿Cómo me seguiré cuidado de llevar una vida en pureza y en santidad? ¿De qué gente me rodearé mientras atravieso este tiempo?

Estos tiempos de pausa son necesarios para conocer a Dios de una mejor forma. Los necesitas para seguir sanando tu vida, tus pensamientos, tu corazón, etc. Si estás pasando por este tiempo, te animo a tomar un momento para agradecer a Dios por lo que está haciendo en tu vida. Ora un momento y agradece que Él sigue pendiente de ti y seguro te guiará en este tiempo. Quiero compartirte uno de los pasajes que ha marcado mi restauración:

El Señor iba delante de ellos, y los guiaba durante el día mediante una columna de nube y les daba luz durante la noche con una columna de fuego. Esto les permitía viajar de día y de noche. El Señor nunca quitó de su lugar, delante de ellos, la columna de nube ni la columna de fuego. Éxodo 13:21-22 NTV

El pueblo de Israel estuvo 40 años en el desierto, pero Dios nunca se alejó de ellos. Los condujo en cada momento. Cuando la nube se detenía, ellos sabían que debía descansar y tender sus carpas. Y cuando la nube empezaba a moverse, ellos también sabían que debían continuar con su camino. Este pasaje me ha ayudado en mi momentos de desierto dándome la promesa que Dios está conmigo y si debo detenerme lo haré hasta que Él me vuelva a indicar qué camino seguir. ¿Puedes hacer tuya esta promesa también?