Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Juan 8:32

He descubierto que conocer la verdad, no siempre es agradable. Descubrir la verdad a veces duele y nos cambia la vida para siempre.

Descubrir la infidelidad de tu pareja seguramente es una de esas verdades dolorosas que has tenido que enfrentar. Enterarte de los detalles del pecado sexual de tu pareja y afrontar las consecuencias del mismo es difícil. Es una verdad cruda.

Sin embargo, Jesús a través del libro de Juan nos asegura que conocer la verdad nos hará libres. La verdad no siempre es bien recibida, pero en Cristo siempre hay esperanza; Él nos promete que habrá libertad al conocer la verdad. ¿Cómo descubrir la libertad en medio del dolor entonces? Déjame explicarlo con una historia personal.

Hace algunos años, la salud de mi mamá iba deteriorándose poco a poco. Empezó a presentar síntomas de cansancio, fiebres altas, dolor, dificultad para ir al baño, etc.

Toda la familia estaba muy preocupada por ella, por lo que fue necesario llevarla al médico.

En esa oportunidad, recuerdo haberla acompañado a hacerse varios exámenes. Mientras hacían los procedimientos yo esperaba en la sala fuera del consultorio del médico.

De pronto, el médico me llama y al verlo sentí un profundo temor. Algo no estaba bien; lo veía en el rostro del doctor y también lo veía en el rostro de mi madre. Era inusual que llamaran a los familiares para dar un resultado médico, así que sin duda debía enfrentar una verdad dolorosa acerca del diagnóstico de mi mamá.

En efecto, el diagnóstico era difícil de asimilar. Mi mamá tenía un tumor en su matriz muy grande. El doctor necesitaba intervenir lo más pronto posible para extraerlo y también para conocer si era maligno o no.

Fue una época difícil y dolorosa. Pero saber el diagnóstico nos dio el camino correcto para el tratamiento. Conocer la verdad fue la llave para que la salud de mi mamá se restaurara.

Hubiera sido imposible que mi mamá sanara si no enfrentaba la verdad. Era necesario saber el diagnóstico para recurrir al tratamiento correcto.

¿Comprendes lo que quiero decirte? La libertad viene sólo cuando nos apropiamos de la verdad por más dolorosa que sea. Es el único medio para encontrar restauración y sanidad de nuestra alma.

Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Juan 8:32

Reconocer la traición de tu esposo, sin duda es doloroso pero es el primer paso para la libertad. En Cristo, esta es nuestra esperanza… ¡la libertad!

Lo difícil de reconocer la infidelidad de la pareja es reconocer que también debemos ser intencionales en sanar.

Vuelvo al caso que te compartí sobre mi mamá. Imagina que ella decide no someterse al tratamiento aun conociendo el diagnóstico tan dañino y peligroso.  Conocer la verdad no sólo me muestra el camino de la restauración sino también me da el poder de decidir hacer algo por mi sanidad personal.

Amiga, descubrir la infidelidad de tu pareja también te da el poder de decidir salir adelante y sanar tu corazón. Reconoces que fue doloroso pero también te da la oportunidad de “tomar el tratamiento” para reparar tu interior.

En el mismo capítulo de Juan 8, Jesús dijo estas palabras en el versículo 36:

Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres.

La libertad vendrá sólo si decides caminar junto a Cristo. Jesús es el único que puede darte una libertad permanente del dolor, del rencor, de los recuerdos y de las heridas. Cristo es el único que puede transformar una verdad dolorosa en una verdad que te traiga libertad emocional, personal y espiritual.

Quiero animarte buscar ayuda para recuperarte de este dolor profundo. Quiero animarte a tomar la llave que te conducirá a la libertad en Cristo.

Te quiero dejar con una promesa de restauración:

Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía. Los animales salvajes de los campos me darán las gracias, y también los chacales y los búhos, por darles agua en el desierto. Sí, haré ríos en la tierra árida y baldía, para que mi pueblo escogido pueda refrescarse. Isaías 43:19-20 NTV

Amiga, la responsabilidad de “tomar el tratamiento” es tuya. Sólo tú puedes decidir restaurar tu corazón si empiezas a caminar en Cristo. Hoy puedes hacer tuya la promesa de libertad para tu vida. ¿La aceptas?