Reconocemos que el consumo de pornografía ha cambiado nuestras creencias. Ha torcido nuestra personalidad, cambiado nuestras conductas, alterado los químicos en el cerebro, y sustituido nuestras relaciones. Reconocemos que la única ayuda posible está en Cristo.
Además de aceptar que necesitamos ayuda, es útil representar con números y gráficas el daño del pecado sexual. Nos ayuda a conocer cuan lejos estamos de solucionarlo por nosotros mismos.
La siguiente imagen representa las respuestas a diferentes preguntas sobre temas como monogamia, violencia sexual y crianza de los niños. La gráfica muestra como las opiniones de distintos grupos de personas cambian, según la cantidad de pornografía que consumen. En resumen, mientras más pornografía consume una palabra, más dispuesto está a ceder en valores como la forma de criar a los niños, la aceptación de la violencia sexual y el sexo fuera del matrimonio.
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