El dolor de la infidelidad se amplifica cuando una mujer descubre que su esposo ha tenido relaciones con otros hombres.

¿Qué sucede en estos casos? ¿Está ella casada con un homosexual?

No. Eso sería simplificar demasiado las cosas. Una mujer puede ayudarse a sí misma y ayudar a su esposo comprendiendo que él puede estar enfrentando distintos escenarios y que necesita ayuda específica para superarlos. Que un hombre tenga una conducta sexual o romántica con otro hombre no significa que tenga una identidad homosexual. Sin embargo también es cierto que eso no disminuye la gravedad del pecado.

¿Por qué entonces tendría un hombre una relación con otro hombre? Considera lo siguiente:

Revivir abuso sexual

Hay hombres que compulsivamente reviven el abuso en su infancia cometido por otro hombre a través de sus conductas sexuales. Quizás continúe “regresando a la escena del crimen” como adulto para apaciguar el dolor emocional. Quizás tratando esta vez de ser él quien está “en control de la situación”. Cuando logra resolver su trauma original, la conducta sexual que está reviviendo empieza a desaparecer. Esto no se trata de “ser gay”, sino que es un asunto de trauma.

Trabajar como sexoservidores

Estos hombres heterosexuales carecen del deseo por otros hombres o incluso les disgusta, pero “se obligan” por el dinero. Algunos lo hacen para mantener su estatus financiero, y seguir pagando por lujos para sí mismos o para su familia. Algunos hombres acceden a los avances de un jefe que sí practica la homosexualidad con tal de no perder su carrera. También hay quienes intencionalmente venden sus servicios y buscan clientes ocasionales para mantener un inflado presupuesto. Sin embargo, es poco probable que pueda mantener ese “asco”, y quizás empiece a sentir genuina atracción por otros hombres y no por su esposa.

Imposibilidad para conectarse emocionalmente con una mujer

Estos son hombres que buscan el contacto sexual con otros hombres, pero evitando todo involucramiento emocional. Algunos reportan haberlo hecho para evitar todo el trabajo que su esposa hubiese requerido para tener intimidad sexual. Ellos consideran que los otros hombres son menos exigentes o juzgones que las mujeres para tener una relación. Esto puede ser evidencia de un daño emocional más severo causado por una crianza estricta y fría, o por haber sido rechazado en casa (especialmente por su madre). Un hombre en esta situación debe sanar y aprender a conectarse emocionalmente de nuevo con las mujeres.

Necesidad de un padre

Estos son adultos que desean intensamente la atención de una figura paterna. Buscan tener actividades sexuales que validen la hombría que un padre no afirmó. Usualmente admitirán que el sexo no es tan disfrutable como si lo practicaran con una mujer, sino que más bien hubieran deseado sentarse, hablar y sólo ser abrazados por el hombre con el que estaban involucrándose. En estos casos el amante suele ser una persona mayor en edad, a veces mostrando rasgos de carácter fuertes que un hombre hubiera deseado de un padre.

Exhibicionismo

Ciertos hombres disfrutan ser notados tanto por hombres como por mujeres, mientras sean admirados por su cuerpo. La mayoría dedican mucho tiempo a ejercitarse en el gimnasio, y disfrutan la atención de hombres homosexuales, e incluso podrían coquetear con ellos para incrementar la admiración. Usan su sexualidad para ser el centro de atención; este escenario no se trata de preferir a los hombres o a las mujeres, sino de alimentar su propio ego.

Progresión de la Adicción Sexual

Los adictos sexuales tienden a buscar actividades sexuales novedosas para mantener el nivel de excitación que su cerebro demanda. Tal como sucede con las adicciones a las sustancias, en las cuales un adicto necesita dosis cada vez más frecuentes o drogas más potentes, quienes empezaron viendo pornografía en Internet, pueden progresar a visitar salones de masajes y prostitutas; algunos buscan actividades ilegales o el contacto con otros hombres con tal de proveerle a su cerebro otra dosis más fuerte de dopamina para superar este efecto de “aburrimiento” de su cerebro.

La pornografía en Internet es tan variada y tan intensa que puede presentarle al adicto nuevos estímulos que pueden disparar una experiencia olvidada con otro hombre o un trauma de infancia. También puede recablear su cerebro para preferir las imágenes de otros hombres que aparecen en la pornografía heterosexual. Un hombre puede superar cualquier daño en su configuración cerebral y regresar a un estado de normalidad en sus atracciones.