Los hombres que conozco cuya esposa o novia les han sido infieles, comentan que se sienten aterrados o avergonzados de contárselo a alguien más. Este miedo puede venir porque además del dolor de la traición, se suman la burla (real o percibida) por parte de otros hombres, y los prejuicios culturales que tenemos sobre la infidelidad y la hombría.
Este miedo a pedir ayuda a los amigos y contar con un grupo de apoyo, es una estrategia satánica. Una de las estrategias del enemigo es dividir a los hombres para destruirlos, y aislar a aquel a quien desea destruir. Si estás luchando con el pecado de tu esposa, intentará separarte de los hombres que pueden apoyar el trabajo de Dios en tu vida a través de su compañerismo.
La forma en la te aislará es a través de mentiras. Lee los siguientes enunciados e identifica si reconoces algunas de esas mentiras comunes que los hombres creemos, que nos hacen rechazar la idea de contar con otros hombres:
- Nadie entiende lo que pasé, porque a nadie más le pasan estas cosas.
- No puedo confiar en otros hombres. La honestidad absoluta será usada en mi contra algún día.
- Le caigo bien a la gente porque no conocen lo que estoy viviendo en casa. Si supieran la verdad, no seguirían hablándome. No puedo arriesgarme a perder eso.
- He visto como los cristianos patean a sus propios compañeros cuando caen. No gracias.
- Llorar y mostrar que algo duele es cosa de afeminados. Yo soy un hombre de verdad y no me gustan esas cosas.
- Si un día les cuento a otros cuánto me duele, todo mi interior va a desbordarse y voy a perder el control. Mejor sigo como estoy, aguantándome para no volverme loco en público.
- Si me hago vulnerable y cuento lo que me sucedió, los otros hombres no van a contar sus experiencias, y yo me voy a quedar avergonzado de haber soltado todo sin recibir reciprocidad.
He escuchado estas mentiras de la boca de los hombres que participan en nuestro programa Pasos de Valentía. Estoy seguro que son implantadas por el que la Biblia llama “el acusador de nuestros hermanos”. (Ap. 12:10) para mantenerlos lejos de la ayuda que pueden recibir de otros hombres.
¿Cómo puede uno vencer una estrategia tan destructiva de Satanás? ¿Cómo puede uno regresar a la comunidad de creyentes y pedir apoyo? Según la Biblia, la forma de vencer una mentira del enemigo es esta: Nombra la mentira e inserta una verdad.
Jesús hizo esto en Mateo 4 cuando Satanás vino a tentarlo después de Su ayuno de 40 días en el desierto. Satanás lo urgió a convertir piedras en pan y Jesús respondió, “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mat. 4:4).
Satanás intentó dos veces más confundirlo con mentiras, y en cada ocasión Jesús respondió citando las Escrituras. Examinemos por ejemplo la primera mentira: “Nadie entiende las luchas que tengo”. Esto es claramente una mentira porque 1 Corintios 10:13 dice,
“Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla.”
Yo he visto en el programa Pasos de Valentía a hombres vencer esta estrategia de Satanás. Ellos han podido ser abiertos sobre su dolor y sus luchas después de ser traicionados por su pareja. Hay algo muy especial en la fuerza que los hombres generamos cuando estamos en comunidad. Absorbemos y desarrollamos habilidades que no teníamos pero que nuestros compañeros nos enseñan. Habilidades que permiten atravesar el dolor, como el cuidado de los hijos durante esta crisis, mantener la productividad en el trabajo y cómo procesar el dolor a través del ejercicio físico o la creatividad. Pero sobre todo, los hombres sabemos cómo impulsarnos unos a otros para buscar a Dios.
Hoy te invito a tomar cada mentira que estás creyendo como consecuencia de la traición de tu esposa o tu novia. Nómbrala en voz alta o escríbela. Luego reemplázala con la verdad de la Palabra de Dios. Eso es lo que significa “resistan al diablo, y huirá de ustedes”. (Stg. 4:7).
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Sigo leyendo,y que constructiva lectura para lo que vivo,desde ahora creo tener la oportunidad y las herramientas,para vencer,el pecado;agradecida a ustedes por lo escrito en este blog,pues también el PADRE VA TRANSANDO EL CAMINO !!!!