La maravilla de las redes sociales es que nos permite conectarnos a través de kilómetros, estados, países, continentes y océanos. Nos permite la satisfacción de reiniciar la relación con nuestra mejor amiga de la escuela primaria, nos mantiene al día con la iglesia y compañeros del trabajo, con nuestras comunidades y productos favoritos, podemos compartir fotos y noticias con familiares en todo el país, y hablar con gente que nunca hemos conocido, pero con las que compartimos intereses similares. De hecho, me siento emocionada cuando recibo una notificación de que un viejo amigo en un lugar tan distante como el sur de África, quiere seguirme o chatear conmigo. Mi ilusión con las redes sociales duró intacta hasta el día en que recibí una solicitud de amistad en Facebook de parte de un exnovio. Bueno, no sólo un exnovio, sino alguien con quien había tenido contacto sexual antes de casarme.

Han pasado años y años desde la última vez que nos vimos. Nuestra relación terminó hace bastante tiempo. Cada uno estamos casados y tenemos nuestros hijos. Tenemos varios amigos en común en Facebook. Entonces, ¿cuál podría ser el problema? ¿Debería hacer clic en “Aceptar” y averiguar qué ha pasado con él?

Yo tenía dudas al respecto, y también bastante curiosidad. Estaba interesada en saber cómo estaba él; deseaba que estuviera bien. No tenía ningún interés romántico en reconectarme con él – pues ahora estoy felizmente casada. Una de las razones por las que mi esposo y yo hemos logrado vivir dentro del plan de Dios para la sexualidad matrimonial, es que establecí algunos límites estrictos para mí misma. Hace algún tiempo, establecí mi regla de no estar a solas con un hombre que no sea mi esposo. No es que me considere capaz de engañarlo, ni que ahora desee hacerlo, pues él realmente es el hombre con quien quiero estar en cada habitación y en cada multitud.

Estaba segura de que como dice la canción “Nunca más seré quien antes fui”. Me detuve otra vez a pensar en el asunto. Entonces rechacé la invitación.

Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar, pues puede ser el primero en hacerlo. Ustedes no han pasado por ninguna tentación que otros no hayan tenido. Y pueden confiar en Dios, pues él no va a permitir que sufran más tentaciones de las que pueden soportar. Además, cuando vengan las tentaciones, Dios mismo les mostrará cómo vencerlas, y así podrán resistir. 1 Corintios 10:12-13 DHH

Si te mantienes puro, serás un utensilio especial para uso honorable. Tu vida será limpia, y estarás listo para que el Maestro te use en toda buena obra. Huye de todo lo que estimule las pasiones juveniles. En cambio, sigue la vida recta, la fidelidad, el amor y la paz. Disfruta del compañerismo de los que invocan al Señor con un corazón puro. 2 Timoteo 2:21-22 NTV

Nunca más seré quien antes fui, pero estoy consciente de que hombres y mujeres pueden sentirse atraídos uno del otro sin esperarlo. Pronto podría involucrarme en coqueteos no deseados con él, podría revelar demasiada información, empezar a compararlo con mi esposo, quejarme con él y llegar demasiado cerca de una infidelidad.  Podría sentirme atraída por buscar  la atención de mi ex cuando mi esposo fuera irritante o descuidado.  Sé lo que las personas son capaces de hacer y sigo siendo humana, así que es mejor mantener mis límites.

Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil. Mateo 26:41 NTV

Otra razón para rechazar una solicitud amistad de Facebook de un viejo amor, es pensar en cómo esta situación haría sentir a mi esposo. Si él estuviera hablando por teléfono en la noche con una ex novia con quien que traspasó límites hace años… yo me sentiría traicionada en mi confianza y en mi exclusividad. Lógicamente, sabría que él es mi hombre y no el de ella; ellos son amigos ahora; simplemente están hablando; bla, bla, bla.

Pero mentiría al decir que me sentiría en paz con el pensamiento de que una mujer podría estar diciendo cosas íntimas con mi esposo por las noches, o que mi esposo está reanudando su relación con ella.  Dios nos ha unido a mi esposo y a mí en una sola carne, y cualquier mujer que no sea yo para mi esposo, puede ir a buscar su propia carne a otro lugar y no meterse en nuestro matrimonio, muchas gracias.

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Génesis 2: 24 RV

Ponerme en contacto con alguien con quien tuve una relación pecaminosa hace muchos años no vale la pena. Lo hago porque estoy convencida del plan de Dios para mi vida y mi matrimonio.

No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás. Filipenses 2:3-4 NVI

Me pregunto que estarán pensando los lectores.  ¿Los han contactado ex amantes a través de Facebook, Twitter o alguna otra plataforma?  ¿Cómo se ha sentido su pareja a consecuencia de esto? ¿Lo han hablado expresamente entre ustedes? ¿Han rechazado esas invitaciones?  ¿Cuáles fueron tus razones?  ¿Qué límites has establecido para mantener la relación con tu esposo o esposa?