El camino para la restauración es realmente emocionante. Como todo proceso, a veces resulta alegre y fascinante ver la obra que Dios ha hecho en tu vida. Otras veces, resulta frustrante y cansado darte cuenta que es necesario seguir trabajando y puliendo las áreas de tu vida que necesitan atención.

Es parte de lo emocionante de todo proceso de restauración. Es parte de creer y confiar en que Dios ha empezado la buena obra y que la concluirá como lo prometió en su Palabra (Filipenses 1:6).

Querida amiga, debes saber que enfrentarás momentos difíciles durante el proceso. Me gustaría decirte lo contrario, pero prefiero advertirte para que estés preparada y no cedas al pecado cuando te sientas frustrada o cuando sientas que no avanzas.

La frustración, el dolor, la tristeza y el enojo es parte del proceso. Necesitarás una estructura bien formada para lograr pasar estos baches emocionales o incluso espirituales. Necesitarás personas que se preocupen genuinamente por tu vida emocional y espiritual mientras avanzas.

Te quiero mostrar un ejemplo bíblico de cómo una comunidad cristiana puede levantarte en momentos de dificultad.

Cuando Jesús regresó a Capernaúm varios días después, enseguida corrió la voz de que había vuelto a casa. Pronto la casa donde se hospedaba estaba tan llena de visitas que no había lugar ni siquiera frente a la puerta. Mientras él les predicaba la palabra de Dios, llegaron cuatro hombres cargando a un paralítico en una camilla. Marcos 2:1-3 NTV

Muchas veces, no tendrás fuerzas para acudir a Jesús cuando lo necesites. Pero una comunidad de amigos puede conducrite hacia Jesús cuando no tengas fuerzas para hacerlo por tus propios medios.

Será necesario que las personas que te rodean, te lleven a la iglesia o te ayuden a integrarte a algún grupo de estudio bíblico donde puedas aprender más de Jesús. Amigos que se comprometan a pasar a tu casa si es necesario y llevarte así como los amigos de este hombre paralítico buscaban llevarlo delante de Jesús.

Como no podían llevarlo hasta Jesús debido a la multitud, abrieron un agujero en el techo, encima de donde estaba Jesús. Luego bajaron al hombre en la camilla, justo delante de Jesús. Marcos 2:3-4 NTV

¿Tienes una comunidad de amigos que estén dispuestos a abrir brecha para que puedas encontrarte con Jesús?

En este punto, pudieras estar pensando que no tienes este tipo de comunidad o esta clase de amigos. Quiero invitarte a que tomes una pausa y pienses en las personas que están a tu alrededor.

El pecado te aísla de las personas. Especialmente el pecado sexual; te hace creer que no eres digna de ser amada o que no tienes personas que se preocupen genuinamente por ti. Te hace ver que la vergüenza es mayor a tu necesidad de amigos verdaderos.

El pecado sexual te separa de tus seres amados y de las personas que desean crecer bajo principios cristianos. Te aleja de personas sanas con quien pudieras estar compartiendo tus luchas y creciendo espiritualmente.

Piensa nuevamente en las personas que tienes a tu alrededor y considera si no ha sido tu propio pecado el que te ha separado de ellas.  Si es así, será necesario que seas intencional en recuperar a estas personas.

Considera a tu familia, amigos que ya no están cerca de ti, líderes de tu iglesia que hicieron lo posible para animarte. Piensa en todas las personas que han sido significativas para tu vida.

Le pido al Espíritu Santo que te muestre a todas las personas que han contribuido en tu vida de forma sana. Que han contribuido espiritual, emocional, económicamente en ti. Hombres y mujeres que te han apoyado en momentos de soledad y apuro. Esas personas que han hecho lo posible por mostrarte a Jesús en medio de las dificultades.

 Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: Hijo mío, tus pecados son perdonados. Marcos 2:5 NTV

Este versículo es realmente emocionante. Jesús tuvo misericordia del hombre paralitico a causa de sus amigos. Jesús vio la fe estos amigos; posiblemente la fe que el hombre paralítico no tenía.

Amiga, necesitas incluir amigos en tu proceso de restauración. Amigos que intercedan por tu vida cuando te haga falta fe para creer que Jesús está a tu alcance.

Quiero invitarte a hacer algo práctico al concluir con esta lectura. Si el Espíritu Santo te mostró algunas personas que han estado para ti, toma un momento y envíales un mensaje de agradecimiento por estar contigo en los momentos en que necesitabas de su apoyo y compañía.

Y si consideras que necesitas urgentemente ser parte de una comunidad, busca hoy mismo alguna iglesia para asistir. O decide hoy mismo escribir para involucrarte activamente en tu iglesia. No dejes pasar la oportunidad de ser parte de una comunidad que te levante en medio de la dificultad.

No somos lo suficientemente fuertes como para luchar en contra del pecado sexual por nuestros medios. Es el orgullo el que no nos deja ser vulnerables y pedir ayuda dentro de una comunidad cristiana. Vence el orgullo y decide caminar junto a otros hermanos y hermanas en Cristo. Estoy segura que descubrirás el valor de vivir en comunidad.