Hoy es 14 de Febrero, un día difícil para cualquiera que haya sido traicionado por su pareja. Es aún más duro sabiendo que él o ella están celebrando con alguien más.

Sin embargo, si estás leyendo esta nota en cualquier otra festividad del año, o incluso en un día regular, oro para que te ayude a enfocarte.

Hoy en la mañana di un vistazo a mis redes sociales. Hoy hay fotos de arreglos florales, regalos y sorpresas por todas partes. Observé que los amigos míos que han vivido la infidelidad de su pareja, están viviendo el día en diferentes formas. Quizás cada uno lo vive según su avance en su restauración. Algunas amigas están celebrando solas con sus hijos, genuinamente felices de ser familia. Otros amigos están muy adoloridos por que descubrieron que su esposa tiene fotos de regalos y mensajes cariñosos, dedicados por su amante. Sé que es una situación horrible que puede tirar a cualquiera al piso. Quizás te hace cuestionar quizás al mismo Dios por la injusticia de la situación: La persona que está viviendo en pecado es la que parece más feliz ahora.

Talvez este año te tocará vivir un Día de San Valentín de pruebas o conflictos, o de recuerdos dolorosos. Cuando estamos en una prueba así de dura, necesitamos aferrarnos a esas ideas que son anclas para estabilizar nuestra mente en medio de la tormenta. Quiero que en este día recordemos juntos tres verdades con respecto a lo que pensamos sobre el amor lastimado o traicionado:

  1. El amor del Señor es el único amor confiable

Para atravesar el dolor de un amor que está corrompido, necesitamos del amor más sólido que esté disponible para nosotros. El amor de Dios contrasta tanto con el amor fallido que nos tenemos los seres humanos. Piensa en esto: hoy puedes confiar en el Dios Creador cuando todo lo que tienes alrededor es destrucción. Puedes confiar en el Dios que no cambia y que es eterno cuando ni siquiera sabes cómo vas a pasar la hora siguiente del día. Y hoy puedes recordar que nuestro estándar de amor no es la traición recibida, sino el amor que Dios nos tuvo en la cruz al dar a su hijo para limpiarnos de nuestros pecados. Hoy es un día en el que el sacrificio de la cruz se hace real, se hace necesario para atravesar el dolor, y para confiar en que Dios sigue amándonos sin ninguna condición:

Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16 NTV

 

  1. La relación entre tu esposa y su amante no es amor, es pecado

Cometemos el error de describir al pecado con frases como “ella tuvo un romance”. El pecado puede disfrazarse de amor, pero al final del día siempre es muerte. El pecado sexual es ruidoso y se exhibe sin vergüenza. Se pavonea llamando la atención con el propósito de que te duela. Las fotos que hoy estás viendo de tu pareja y de su amante seguramente no son para celebrar un amor verdadero, sino para hacer que te duela.

Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor. Romanos 6:23 NTV

La paga del pecado sigue siendo la muerte. No hay regalos que puedan anular esa verdad.

 

  1. No dejes de amar tú a los demás

Finalmente, hoy no es día para odiar ni lastimar. Por muy difícil que sea, aún necesitas seguir expresando amor. Si tienes hijos, ellos aún te necesitan hoy. Incluso la gente en tu lugar de trabajo aún necesita que líderes, que protejas, que los animes. Evita que hoy cualquiera “pague” por el dolor que sientes.

Otra cuestión: La mayoría de los hombres que he aconsejado, me han comentado, “es que aún estoy enamorado de ella, a pesar de lo que hizo”. Sé honesto y aférrate a ese amor que sientes. Sigue siendo parte del compromiso que hiciste con Dios de ser fiel en tu matrimonio. Conviértelo en oración para que ella encuentre arrepentimiento de sus pecados. Empieza hoy a orar por ella y a bendecirla, y conviértelo en un hábito.

el amor *perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.

Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero. Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. 1 Juan 4:18-20 NBD

 

Amigo, espero que termines bien tu día. Evita hoy la navegación en redes sociales y evita exponerte a la tentación sexual. Te comparto una promesa de Dios para que cobres ánimo:

Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables. 1 Pedro 5:10 NVI