La pornografía es un pecado de conductas y preferencias específicas. Es necesario para los cristianos hablar del tipo de material que están consumiendo para identificar la forma específica en la que la Biblia puede trabajar en restaurar su mente. Cuando el pecado es específico, la gracia para salir de él es específica también. Y la Palabra de Dios es rica y abundante en temas puntuales para limpiar una mente sexualizada y llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo. En esta ocasión trataremos sobre un género pornográfico que es muy popular entre los hombres: el deseo de autenticidad.

Según el libro A Billion Wicked Thoughts – un estudio en profundidad sobre los hábitos de consumo de pornografía alrededor del mundo, existe una tendencia entre los hombres a evitar pornografía que se va “fingida”, o en la que las actrices muestren señales de cirugía plástica. Un fenómeno que suena difícil de creer, si no fuera por que este estudio está respaldado por investigación científica.

En la vida real y en las relaciones sentimentales la autenticidad es importante tanto para los hombres como para las mujeres, pero en forma diferente. Las mujeres se enfocan en autenticidad emocional. Evalúan una relación con frases como “¿Está este hombre en realidad me ama o solo intenta acostarse conmigo?”, “¿Es nuestra amistad sincera?”

Los hombres por el contrario, se enfocan en la autenticidad física. “¿Esta mujer es naturalmente bonita o se hizo cirugía plástica?”, “¿Seguirá siendo igual de bonita sin maquillaje?”, “¿Su foto de perfil es reciente o está fingiendo ser joven?”

Todas estas preguntas parecen superficiales, sin embargo hombres y mujeres esto es importante porque así descifran con una primera impresión que la otra persona dice la verdad.

La industria de la pornografía usa intencionalmente el deseo humano de honestidad y autenticidad para convertirlo en material que esclaviza. Quizás como cristiano te has encontrado atrapado en estos sitios pornográficos especializados:

(Es momento de explicar que describiremos algunas situaciones con las que hombres cristianos realmente están luchando, con el propósito de ayudarlos a identificar la naturaleza de su pecado. Si esta lectura te produce tentación en vez de aprendizaje o convicción, por favor deja de leer).

  • Hay sitios que publican fotos de chicas sin su consentimiento, fotos tomadas de sus redes sociales, para que otros hombres las “califiquen”. Es una de las muchas formas en las que la industria pornográfica está dejando de lado a las “profesionales” para ofrecer “chicas reales”.
  • Hay sitios que se enfocan en venganza. Un exnovio puede enviar una foto íntima que obtuvo de una chica para ser publicada (y que ella sea ridiculizada).
  • Hay sitios que explotan el formato de los reality shows, de por sí tan controversial. Todo por fingir que las modelos son “chicas de la vida diaria”.

Estamos convencidos de que los deseos pecaminosos de un hombre reflejan su necesidad específica de satisfacción en Dios. El escritor Bruce Marshall lo expresó en 1945 así “El hombre que toca la puerta del prostíbulo, inconscientemente espera encontrar a Dios detrás.” El autor Michael J. Cusick lo actualizó así: “El hombre que busca pornografía en Internet, inconscientemente espera encontrar a Dios”.

Partiendo de esta idea, entonces la búsqueda en la pornografía de todo lo que es real, verdadero y auténtico, evidencia probablemente el deseo de encontrar al Dios de Verdad.

Jesús explicó que la verdad no es un concepto sino una PERSONA; él mismo es la fuente de todo lo que es auténtico, y sin Él no podemos llegar a Dios:

Jesús le respondió: —Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre. Juan 14:6 TLA

Esta no es una idea aislada. Dios se define a sí mismo como el origen de todo lo verdadero y auténtico en varios pasajes de la Biblia. (Deut. 7:9, Juan 14:17, 1 Juan 5:6).

Si identificas que estás consumiendo el material que antes describimos, necesitas un proceso de consejería extendida para dejar el pecado ahora mismo. Junto a la consejería, puedes integrar en tu recuperación éstos nuevos hábitos:

1. Medita en los pasajes bíblicos que te ayudan a valorar la verdadera belleza

Me decía un amigo que lamenta que por su consumo de pornografía, su único parámetro para buscar esposa, es encontrar a la más sexy. Nada más. Sólo la que se vea mejor. Este es el tipo de daño del cual la Biblia nos restaura. Meditar y orar con los estándares de belleza que Dios describe, sanará un concepto torcido de belleza:

Que el adorno de ustedes no sea de cosas externas, como peinados exagerados, o con joyas de oro y vestidos lujosos. La belleza no depende de las apariencias, sino de lo que hay en el corazón. Así que, sean ustedes personas tranquilas y amables. Esta belleza nunca desaparece, y es muy valiosa delante de Dios. 1 Pedro 3:3-4 TLA

 2. Comprométete a decir la verdad en todo momento.

A veces nuestra demanda de honestidad y autenticidad en las relaciones, evidencia que nosotros debemos cambiar en nuestro carácter:

Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo confirma en el Espíritu Santo. Romanos 9:1 NVI

No tramen el mal unos contra otros. Dejen de amar el decir mentiras y jurar que son verdad. Yo odio todas esas cosas, dice el Señor». Zacarías 8:17 NTV

3. Haz amistades auténticas, gente transparente y honesta

No puedo dejar de enfatizar lo importante que es armarte un sistema de apoyo. Sólo en la comunidad de creyentes ocurre la santificación que genera el evangelio. Si en este proceso de restauración has tenido que cortar radicalmente con antiguas amistades que alentaban o permitían tu pecado, ahora debes escoger a la gente que llenará esos espacios, y que te ayuden a vivir en la vida real los deseos de conexión auténtica que intentabas llenar con la pornografía.

Fieles son las heridas de un amigo

[que te corrige por amor y preocupación], pero los besos de un enemigo son engañosos [porque sirven a sus intenciones ocultas]. Proverbios 27:6 AMP

Hay quienes parecen amigos pero se destruyen unos a otros; el amigo verdadero se mantiene más leal que un hermano. Proverbios 18:24 NTV