Después de escuchar a su pareja confesar que fue infiel o que ha estado consumiendo pornografía, algunas personas empiezan un interrogatorio interminable y detallado acerca de esas actividades. Muchos cónyuges queriendo ser honestos durante su restauración, dan toda la información que se les demanda. Sin embargo conocer tantos detalles puede retrasar el proceso de sanidad, y crear un daño innecesario. Por otra parte, la negativa a revelar detalles puede interpretarse como una señal de que no está arrepentida, o que está mintiendo. Por eso, debes navegar con sabiduría este tiempo de preguntar y recibir respuestas.

Ora para ser guiado por el Espíritu Santo y no por tus miedos. Que seas guiado a hacer las preguntas que lleven a la restauración, y que te indique como evitar la información que te envenene. La guianza de un consejero te ayudará también a evitar heridas y desatinos en el proceso.

Antes de preguntar a tu pareja por los detalles, considera estas ideas:

 

CUANDO NO DEBES PEDIR DETALLES

Cuando alimentan tu deseo de vengarte. Conozco a una mujer que le prometió a su esposo estar con un hombre por cada mujer con la que él había estado– y lo cumplió. La información que obtuvo no sirvió para restauración, sino para hundirse en pecado. Muchas personas quedan con un deseo torcido de hacer justicia después de escuchar la confesión de su cónyuge. Vengarte de tu pareja o de las personas con las que estuvo agregará más pecado a una situación ya complicada. Al hacerlo usurparás las funciones que Dios se reserva para sí mismo “Mía es la venganza, dice el Señor” (Romanos 12:19).

Cuando lo haces para obtener el control. Es comprensible el deseo de preguntar para quitarte la sensación de haber sido ingenuo. Pero muchas personas usan la información para poner controles: “Ya no tienes permiso de salir con amigas”, “Tu jefe tiene que llamarme para reportar que llegaste a la oficina”, “No tienes derecho a usar el Internet”. Puedo asegurarte que nunca alguien ha cambiado su corazón a través de castigos y controles. Sólo Cristo cambia el  corazón. En otra ocasión comentaremos acerca de los límites. Estos tienen que ver con apegarse a los valores centrales del Evangelio, y no es lo mismo que reglas y prohibiciones.

Cuando hacen daño a tu identidad. Si descubres que los detalles que obtuviste hacen que te compares con los amantes de tu pareja, o que te sientas cada vez más despreciable, detente de inmediato. Eso no viene del Espíritu Santo.

Si no logras identificar cómo te edificará enterarte de un detalle en específico, quizás sea mejor no preguntar.

 

CUANDO DEBES PEDIR DETALLES

Cuando tu salud está en riesgo. Un hombre que aconsejé descubrió la infidelidad de su esposa cuando la llevó al médico por una infección urinaria. El médico le dijo: “su esposa en realidad tiene severas enfermedades venéreas. Es necesario que hablemos con honestidad con ella acerca del tipo de actividad sexual que ha tenido con otras personas. Si han sido actividades de alto riesgo, usted puede estar contagiado”. La dura información que ese día escuchó ayudó a que empezara un tratamiento médico ese mismo día. Quizás no todos los casos sean tan extremos, pero este caso muestra que ciertos detalles sobre actividad sexual pueden ser importantes si sospechas que te han contagiado de alguna enfermedad.

Cuando es útil evaluar la extensión del pecado. Según la frecuencia y la naturaleza del pecado sexual de tu pareja, serán las medidas que debes tomar para recuperarte. ¿Ha sido una lucha ocasional o son recaídas diarias? ¿Tu pareja ha estado consumiendo pornografía heterosexual u homosexual? Puedes preguntar si el pecado sexual derivó en problemas legales o financieros, o si hay un embarazo no deseado. Obtener este tipo de información puede ayudarte a tomar medidas que van desde instalar un filtro de Internet en casa, hasta contratar un abogado para que te oriente en trámites de manutención.

Cuando la información te ayuda a la reconciliación. Un principio que ayuda mucho es “el perdón es específico para actos específicos”. Quizás no logras avanzar en soltar a tus agresores porque lo has hecho de una forma general: “Los perdono a todos por lo que me hicieron”. Dios nos muestra en la Biblia un modelo en el que el perdón es específico a personas individuales (Mateo 5:23-24). Si obtienes detalles sobre el pecado de tu pareja, asegúrate de convertirlo en actos de perdón contra tus agresores: “Perdono a mi hermana por haberme ocultado que había visto a mi novio con alguien más”, “Perdono a mi esposo por haber tomado el dinero de la colegiatura para comprar pornografía”, etc.

En conclusión, asegúrate de que la información que solicitas sea para mutua edificación, y que tenga un objetivo. Por último reflexiona en esta idea:

“Piensa bien en las preguntas que vas a hacer a tu pareja. Tendrás que vivir con las respuestas durante el resto de tu vida.”