Uno de los principios bíblicos que practicamos en este Ministerio para dejar el pecado sexual se llama Corte Radical. Lo definimos como la práctica de eliminar u obstruir todas las fuentes de pecado. Yo mismo he puesto resistencia a obedecer este principio, y me he preguntado: “No es eso ser demasiado niño? ¿No es evidencia de ser un hombre maduro el manejar la tecnología, los viajes y el entretenimiento sin restricciones?”

Una de las circunstancias que más me irritan son las restricciones en el uso de mi aparato telefónico. Mi compañero de responsabilidad tiene la autoridad de manejar la instalación y desinstalación de aplicaciones; actualmente no tengo ni un navegador de Internet en el teléfono. Sólo tengo en el aparato una red social que uso bajo su supervisión.

Creo que la creatividad es un factor muy importante en cuanto al Corte Radical. Para mí es muy importante compartir en el Internet lo que aprendo en mi vida cristiana. Así, he encontrado aplicaciones que me permiten postear en Twitter o Facebook sólo escribiendo el texto pero sin tener acceso al resto de esas redes sociales, o leer en el teléfono artículos seleccionados donde sólo aparece el texto pero no es posible seguir divagando en los agujeros negros de la web.

Pero hay días en que esa práctica me irrita. Como cuando quisiera ver un vídeo en YouTube pero tengo que esperar un par de semanas hasta que mi compañero de responsabilidad regrese de viaje para instalar la aplicación. Dos semanas esperando un vídeo, como si fuera la prehistoria.

En medio de mi irritación un día le dije a mi amigo, “¡no soy un niño! ¿Por qué no puedo manejar esto como el adulto que soy?”, y él me respondió, “pues el Reino de los cielos es de los niños, y si esta es la forma en la que vas a ser niño, pues agradece por ello”.

En el Reino de Dios la lógica “humana” no funciona, y tampoco aplica para la restauración. El poderoso en el Reino es el que más sirve (Mateo 20:26),} y uno encuentra su vida sólo al perderla (Mateo 10:39). En el Reino de Dios Cristo le pide a los hombres adultos que sean humildes como niños (Mateo 18:3-4), y la libertad se encuentra al hacerse uno esclavo de Cristo (Romanos 6:18-19). Ser dependiente de Dios como un niño me ha ayudado a mantenerme lejos de la tentación. He recuperado al menos algo de la inocencia perdida, y mi corazón se ha hecho más confiado. Y he aprendido que la tecnología no está para dominarme, sino para que yo tome dominio de ella.

¿En qué areas de la vida necesitas ser un poco más “niño” con tal de vencer el pecado sexual?