Cuando un amigo está pasando por tentación sexual y te pide ayuda, tú mismo necesitas mantener tu mente estable. Si no tienes cuidado, lo que tu amigo te cuente puede convertirse en tentación para ti. Esta práctica es un principio bíblico que se llama Entrega de Cuentas. Significa formar relaciones con otros cristianos que se ayudan entre sí a vencer la tentación y a confesar y salir de una recaída.

La naturaleza del pecado es corromper todo principio bíblico, y la entrega de cuentas también puede ensuciarse. Eso no significa que la Biblia esté equivocada, sino que por nuestra falta de sabiduría podemos echarla a perder. A continuación te explico precauciones que he aprendido a veces de la manera difícil y que espero apliques:

 

Cuídate cuando estés espiritualmente vulnerable

Como ser humano, mi naturaleza pecaminosa sigue activa y que hay días en los que parece ser más fuerte; en esos días prefiero no escuchar a alguien que necesita rendir cuentas, pidiendo cortésmente que lo comenten con alguien más. Al principio batallaba con esto pensando que la gente se hundiría en pecado sin mí. Dios me recordó que Él es soberano y provee las herramientas para la santificación de otros aún sin mí.

Ten precaución especial cuando estás enojado y cuando no has tenido recientemente un tiempo devocional fuerte. Cuídate después de un momento de victoria espiritual, como haber predicado, por ejemplo.

 

No necesitas detalles

Comentar tentaciones o recaídas en una forma gráfica, puede intensificar tus propias tentaciones o las de los demás. Esta es una tensión que debes manejar: Ser brutalmente honesto pero sin ser neciamente explícito. Por ejemplo, necesitas comentar en dónde buscas pornografía (“en el Internet del trabajo”) pero sin deletrear los websites que visitas. Necesitas comentar a qué horas visitaste un prostíbulo, pero sin describir a la persona con la que te acostaste. Toda la información detallada que comentes o escuches debe servir para generar soluciones; lo que no contribuya a desarrollar una estrategia para cortar el pecado, no debería ser mencionado.

 

Mantente anclado en las Escrituras

El otro día leía sobre un laboratorio que estudia los virus más mortales del mundo y sobre las precauciones extremas de sus técnicos. Su labor es desarrollar vacunas y salvar vidas, pero el material que manipulan puede matarlos en unas horas.

Las conversaciones de entrega de cuentas son así, tienen el objetivo de salvar vidas pero el material es “venenoso”. Por eso debe manipularse usando solamente las Escrituras. Yo he notado que cuando una conversación sobre pecado sexual que no responde a las preguntas “¿Cómo aplicamos al evangelio en este asunto?” “¿Qué dice la Biblia sobre lo que hay que hacer?”, resulta convirtiéndose en “ideas” para quienes la escucharon.

 

Entrega cuentas sólo con tu mismo género

Nunca he visto que un hombre aconseje a una mujer sobre pecado sexual sin que se vean comprometidos de alguna manera. Nunca. Es triste cuando un hombre rebate este argumento con algo como “pero es que mi mejor amiga y yo no somos mal pensados”, y escuchar que tiempo después cayeron en pecado. Incluso si no es pecado sexual, se da lugar a algún enamoramiento confuso. Otro argumento es “pero soy el pastor de jóvenes y no hay una mujer en la congregación que aconseje a las chicas (como yo lo hago)”. Recuerda, Dios es soberano para proveer herramientas a estas chicas sin que tengas que pagar el precio de verte expuesto y tentado.

Otra precaución. Hay hombres que luchan con atracciones al mismo sexo y piensan que eso es un blindaje que les permite escuchar a una mujer contar sus tentaciones sexuales. Usualmente uno de los dos resulta confundiéndose por esa nueva intimidad emocional. Sucede también que tanto él como ella resultan tentados por haber cruzado ese límite entre sí pero buscan pecado con alguien más de su preferencia. La naturaleza pecaminosa no discrimina el alimento que le den para fortalecerse.

 

Evita entregar cuentas con alguien que lucha con el mismo pecado que tú

Especialmente si luchas con atracciones al mismo sexo y escuchas a otro hombre en las mismas circunstancias, puedes sentirte tentado. El principio aplica para otros pecados. Un amigo comentó con otros cristianos su necesidad de dejar su conducta infiel y ellos le dieron “ideas” que para hacerlo sin que su esposa se diera cuenta. Incluso percibió una actitud burlona porque a él si lo habían atrapado.

A veces pensamos que lo que valida el consejo de alguien es que tenga experiencia en el mismo pecado que cometimos. El pecado no valida a nadie; las Escrituras son suficientes para sostenerse a sí mismas para enseñarnos a dejar el pecado. Ninguno de mis compañeros de responsabilidad ha luchado con los pecados específicos que yo cometí, pero son hombres que usan la Palabra de Dios para confrontarme y también para alentarme. De manera similar, yo busco ser el mismo apoyo para ellos.