El enemigo es experto para hacerte creer que puedes disfrutar del pecado sexual. Usualmente, te hará creer que lo que no tienes es exactamente lo que te hace falta para ser “feliz”. Esta falacia de Satanás es quizás la más antigua de sus artimañas. Esto sucedió con Adán y Eva en el jardín del Edén:

El Señor Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que se ocupara de él y lo custodiara; pero el Señor Dios le advirtió: «Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás». Génesis 2:15-17

Adán y Eva tenían absolutamente todo lo que ellos desearán comer, todo fruto, semilla y vegetal delicioso. Sólo había uno que no podían comer así que el enemigo se encargó de que perdieran el gozo por esa única fruta que no podían tener:

 —¡No morirán! —respondió la serpiente a la mujer—. Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal. La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió. Génesis 3:4-6

La misma mentira utiliza el enemigo actualmente con el pecado sexual; considera los siguientes pensamientos:

  • Mi secretaria es más bonita que mi esposa. Si ella fuera mi mujer, tendría satisfacción verdadera.
  • Si él no está a mi lado, nunca podré ser feliz.
  • Mi esposa debería tener un mejor cuerpo para que yo no caiga en pornografía.
  • Nunca podré olvidarlo, sólo a él he amado y sólo a él voy a amar.
  • Sigo siendo soltero, así que necesito de la masturbación para satisfacer mis necesidades.
  • Si no tengo compañía, nunca podré ser feliz.

La lista podría aumentar. Sin embargo, el punto es que pensemos que esta es una mentira del enemigo para que perdamos el gozo de lo que ya tenemos. El gozo de tener una esposa, el gozo de la soltería, el gozo de la santidad.

La verdad que desenmascara esta falacia es que NUNCA se podrá disfrutar del pecado. Igual que Adán y Eva no pudieron disfrutar del fruto prohibido porque no les correspondía, así nosotros nunca podremos disfrutar del pecado porque no nos corresponde.

En la Biblia, se nos relata la historia de la conquista de la tierra prometida. El pueblo de Israel había experimentado una gran victoria en Jericó y estaban listos para enfrentar al próximo pueblo: Hai. Dios había dado la instrucción de no tomar ningún botín de los pueblos que conquistaran sino que debían eliminar todo de aquellas ciudades.

Sin embargo, Israel desobedeció las instrucciones sobre lo que debía ser apartado para el Señor. Un hombre llamado Acán había robado algunas de esas cosas consagradas, así que el Señor estaba muy enojado con los israelitas Josué 7:1

Acán observa ciertos objetos que “necesitaría” para ser feliz y decide tomarlos:

Entre el botín, vi un hermoso manto de Babilonia, doscientas monedas de plata y una barra de oro que pesaba más de medio kilo. Los deseaba tanto que los tomé. Está todo enterrado debajo de mi carpa; la plata la enterré aún más profundo que el resto de las cosas. Josué 7:21

Lo ideal hubiera sido que Acán tuviera la libertad de sacar el botín, mostrárselo a los demás, lucirlo, disfrutarlo, compartirlo, etcétera pero como estaba en pecado los escondió. ¿De qué le sirvió entonces traer cosas de Hai? ¡No las podía disfrutar!

Igual es el pecado sexual, Dios da instrucciones precisas de cómo disfrutar la sexualidad. Sin embargo, el plan de Dios parece tan “aburrido” que empezamos a desear lo que no podemos tener para finalmente no poder disfrutarlo.

Si estás viendo pornografía, ¿por qué no sales a la sala con toda tu familia para que ellos te acompañen en tus búsquedas? ¡Comparte los links que has descubierto! Si estás en una relación de adulterio, ¿por qué no llevas a tu otra pareja a casa para que tu cónyuge y tus hijos la conozcan? ¡Tengan un buen viaje de vacaciones todos juntos para disfrutar en familia! Si estás teniendo relaciones sexuales con tu novio, ¿por qué no le cuentas a tu pastor? ¡Dale la buena noticia! ¿Estás disfrutando el pecado? ¡Hazlo público entonces! ¡Disfruta!

¡Ups! Es imposible, esta es la parte que Satanás no te advierte: EL PECADO NO SE PUEDE DISFRUTAR. Tendrás que esconderte, cargar con culpa y vergüenza, tendrás que mentir, fingir que tu vida espiritual está bien, tendrás esa sensación de que te persiguen y que pronto descubrirán tu pecado. ¿Acaso no te sientes así ya?

Quizás ahorita no encuentras la forma en cómo podrías tener gozo con lo que tienes. Cómo encontrar satisfacción en tu esposa, en tu soltería, en tu propia casa pero confío en que Dios puede ir mostrándotelo paso a paso si tan sólo hoy decidieras dejar el pecado, desenmascarar las mentiras de Satanás y empezar a caminar en la verdad de Cristo. ¿Te animas?