¿De verdad quiere Dios exponer a la luz todos mis pecados secretos?

Pues él sacará a la luz nuestros secretos más oscuros y revelará nuestras intenciones más íntimas. Entonces Dios le dará a cada uno el reconocimiento que le corresponda. 1 Corintios 4:5

Cada vez que leo este versículo cierto temor se apodera de mi corazón. Es lo que dice la Biblia, sin embargo, he comprendido que Él nunca lo hará para avergonzarme. Él lo hace para darme la oportunidad de iniciar de nuevo.

Dios sacaría a luz mi vida secreta para que yo pueda reconciliarme con Él. Quizás pueda ocultar mi pecado de las personas que me aman pero jamás de Dios. Mi confesión nunca lo tomará por sorpresa. Él no “gana” cuando expone mi pecado o cuando me invita a confesarlo. Soy yo quien gano todo cuando recupero mi comunión con Él.

Si nos hubiéramos olvidado del nombre de nuestro Dios o hubiéramos extendido las manos en oración a dioses ajenos, con toda seguridad Dios lo habría sabido, porque conoce los secretos de cada corazón. Salmos 44:20-21 NTV

¿Hay algo que podamos esconder de Dios? Toma una pausa en este momento y medita si te has estado engañando a ti mismo o a ti misma creyendo que puedes ocultar tu pecado sexual a tu pareja. ¿Puedes nombrar el pecado que has tratado de esconder de Dios y de los demás?

Él revela cosas profundas y misteriosas y conoce lo que se oculta en la oscuridad, aunque él está rodeado de luz. Daniel 2:22

La confesión de pecado es una promesa, no una instrucción. Dios describe la confesión no como una amenaza para cumplir, sino en términos de beneficios para nosotros. Tiene recompensa andar en la luz. Lee conmigo los versículos del capítulo 5 de la carta a los Efesios:

Pues antes ustedes estaban llenos de oscuridad, pero ahora tienen la luz que proviene del Señor. Por lo tanto, ¡vivan como gente de luz!  Pues esa luz que está dentro de ustedes produce solo cosas buenas, rectas y verdaderas. (v.8-9)

Imagina esta escena: vas caminando por un bosque a altas horas de la noche sin ninguna luz que te acompañe. Debido a la oscuridad que te rodea, tropiezas incontables veces. Algunas veces caes en rocas, otras caes en lodo, fango, etc. A lo lejos puedes ver una pequeña casa con iluminación y sin pensarlo corres a ella. Al llegar puedes observar el estado en que llegas: ropa sucia y rota, tus manos lastimadas de tanta caída, tus rodillas tienen algunos raspones y estás completamente empapada de sudor. Sabes que debes asearte y limpiar tus heridas. Tienes que cambiar tu vestuario por uno limpio. ¡Esto es lo que hace la luz! Hace visibles las heridas que no se podían ver y lo mejor es que hace evidentes los cambios que debemos hacer.

¿Comprendes ahora el pasaje anterior? La luz sólo trae cosas buenas, rectas y verdaderas. Es inevitable el cambio cuando pasamos de la obscuridad a la luz. Puede ser que antes de conocer a Cristo no sabías la gravedad de tu pecado y al llegar a Él se hace evidente los cambios que debes hacer.

Averigüen bien lo que agrada al Señor. No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz. (v. 10-11)

Si sigues luchando con hábitos de pecado sexual aún después de invitar a Cristo a tu corazón, el versículo 11 tiene la solución: “sáquenlas a la luz”.

Sólo cuando se hace evidente lo que por tanto tiempo ha estado en oculto es cuando se genera el cambio. Quizá esta sea una de las razones por las que no has podido romper el ciclo de sentir culpa – prometer no volver a hacerlo – caer en pecado. ¡Necesitas confesarlo!

¿A quién le puedes confesar que necesitas ayuda? ¿Una mujer sabia que pueda escucharte y guiarte? ¿Ya tienes un nombre en mente? Escríbele un mensaje: “Amiga, ¿podemos tomar un café? necesito contarte algo.” Y espera con gozo el cambio que seguramente vendrá a tu vida.

Termino con uno de mis pasajes favoritos:

Podría pedirle a la oscuridad que me ocultara, y a la luz que me rodea, que se convierta en noche; pero ni siquiera en la oscuridad puedo esconderme de ti. Para ti, la noche es tan brillante como el día. La oscuridad y la luz son lo mismo para ti. Salmos 139:11-12 NTV