¿Estás buscando algunos consejos para dejar de ver pornografía y de masturbarte?

  • Piensa en tu abuela en bikini. Eso te enfriará y matará tus fantasías con mujeres bonitas.
  • Recuerda que cada vez que ves pornografía, muere un cachorrito.
  • Está bien si te masturbas pensando en mujeres mientras en tu mente no les mires el rostro. Si no tienen identidad y no son alguien que conoces, no cuenta como lujuria ni como desear a una mujer ajena.
  • Recuerda que el deseo sexual es una necesidad fisiológica como comer y dormir. No debes sentirte culpable.
  • Si ves pornografía esta semana, te cobraremos multa. Debes invitar a comer a todos los amigos de la iglesia.
  • Masturbarse es una necesidad fisiológica como comer, dormir y orinar. Tu cuerpo lo necesita, así que no debes negárselo cuando tengas ganas.

Admito que algunos son graciosos, lo absurdo es divertido. Hay gente bien intencionada que da estos consejos. Sé también que todos en nuestra desesperación por dejar el pecado probamos cualquier cosa que nos dijeran.

Pero no escribo para que nos juzguemos unos a otros si alguna vez pusimos en práctica algo así. Escribo para que nos demos cuenta que el único medio suficiente para dejar el pecado sexual es Cristo.

Los seres humanos tenemos grandes habilidades para compensar o ignorar emociones. Tenemos grandes argumentos para defender el pecado. El asco se nos quita rápido. Mentimos para ocultar nuestras recaídas. Y avergonzarnos unos a otros, o hacernos sentir culpables nunca pueden ser el medicamento para sanar las heridas que la misma culpa y vergüenza producen. Estos consejos pueden alimentar el pecado al intentar solucionarlos con otros pecados.

Además, el deseo sexual no está en la misma carpeta que comer, respirar, orinar o excretar. Primero, porque estas sí son funciones vitales. Sin comida ni oxígeno, y sin expulsar desechos, el cuerpo se desnutre y se envenena, y finalmente colapsa. Por el contrario, nadie ha muerto sin relaciones sexuales.

Estos consejos chuscos pueden ocultar más bien cómo nuestra propia mente se ha degradado por el consumo de pornografía, sobre lo que creemos sobre la sexualidad. Examinemos algunos de ellos a la luz de las Escrituras para ver si pasan la prueba:

 

Cuando leí el siguiente pasaje pensé ¿Es así como pienso cuando me siento tentado?

No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen sólo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás. Filipenses 2:3-4 NTV

Seamos honestos con nosotros mismos. ¿No es cierto que la pornografía nos hace creernos grandes hombres de proezas sexuales, usando a mujeres sin rostro? ¿Si las encontrara en la calle, estaría dispuesto a tratarlas como superiores? ¿Alguna vez se me ha ocurrido  que las mujeres que deseo son más que objetos, que son capaces de conversar y de expresarse, y de que tienen deseos genuinos y delicados, como la maternidad, la comunión con Dios o la trascendencia en esta vida?

Trata a las mujeres mayores como lo harías con tu madre y trata a las jóvenes como a tus propias hermanas, con toda pureza. Atiende a toda viuda que no tenga a nadie quien la cuide. 1 Timoteo 5:2-3 NTV

¿Pensaríamos en las actrices y modelos que codiciamos, con la misma consideración y afecto como si fueran nuestras madres o nuestra hermanas?

De la misma manera, ustedes maridos, tienen que honrar a sus esposas. Cada uno viva con su esposa y trátela con entendimiento. Ella podrá ser más débil, pero participa por igual del regalo de la nueva vida que Dios les ha dado. Trátala como es debido, para que nada estorbe tus oraciones. 1 Pedro 3:7 NTV

Tales consejos pueden funcionar una o dos veces. ¿Pero quién librará al ser humano de su condición permanente de recaídas? Todos los consejos y remedios palidecen, cuando nos damos cuenta de nuestra verdadera condición:

Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás.

Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es solo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!) Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús. Efesios 2:1-6 NTV

Solamente Cristo puede librarnos de nuestra vida de pecado. Solamente la resurrección de Cristo nos trajo nueva vida y una segunda oportunidad. Y solamente a través del arrepentimiento genuino accedemos a ese perdón y al poder de su sangre. Cuando empiezas una nueva vida en Cristo entonces empiezas a aplicar consejos reales que obtienes de la Biblia.

 

Quiero invitarte a pensar en los consejos que has intentado aplicar para dejar el pecado sexual, y si es momento ya de buscar al único que puede darte una libertad permanente. ¿Tomarías esa decisión?